Las Claves del Subdesarrollo

Cuando un Estado está al servicio de influyentes familias o grupos, ese Estado no es más que una artimaña para una fechoría.
Los intereses del Estado cuando se confunden con los intereses de grupos privados para obtener privilegios del poder, son los intereses de la corrupción.
De un Estado corrupto no se puede esperar ni la equidad, ni la justicia, ni la libertad, bases fundamentales para operar con garantías la iniciativa privada. Reglas claras y bien definidas, reglas de juego válidas para todos sin excepciones. Un Estado de Derecho eficiente, funcionarios probos, y políticas que favorezcan la iniciativa privada, agilizando los trámites, además de un vigoroso sistema financiero capaz de atender las solicitudes de crédito para la innovación son la partida hacia el éxito, sin olvidar la otra columna fundamental en el cual se ha de sustentar todo el sistema. La fuerza laboral. El Estado debe garantizar la educación y la formación profesional como principio elemental para que la fuerza de trabajo opere con maestría. El cheque escolar ofrece un voto de calidad a los participantes que de esta manera hacen más eficaz el sistema educativo. La flexibilidad laboral permite atender la producción de acuerdo a la realidad de las empresas sin tener costes innecesarios que hagan desaparecer la misma ante la competencia, de esta manera se permite el acceso al sistema de trabajo a gentes que solo necesitan ir un par horas o un par de días a trabajar y compatibilizar al mismo tiempo dedicación a su familia o a sus estudios.
Todo lo que sea intervención organizativa de un funcionario en la vida económica es dañino, contrario a la iniciativa privada, y contrario a los intereses del usuario o consumidor.
La libertad para decidir, la libertad para elegir, la libertad para actuar, con la garantía del Estado, es lo que hace libres y desarrolladas a las naciones. No los mesiánicos, iluminados y demás estulticia que se pone detrás de la pancarta pidiendo que el Estado se ocupe de los asuntos de los cuales el Estado no entiende.