La Teocracia

Parece inconcebible que en el siglo 21, millones de personas del país más adelantado de la tierra actúen como autómatas siguiendo fielmente las consignas teledirigidas por los predicadores de las irracionales iglesias protestantes de los Estados Unidos. Estas sectas disparatadas han sentado en el gobierno a enloquecidos fanáticos además de en la cámara de representantes. Han conseguido legislar aberrantes disparates en contra de la libertad y convertir un país libre en un terreno sitiado. Los ciudadanos ya no son libres en Estados Unidos, están asediados por sus gobiernos que les han arrancado el cerebro racional y se lo han sustituido por un cacahuete creyente. Ya no hace falta pensar, basta que los representantes de Dios en el gobierno ordenen para que se les obedezca sin contemplar otra opción. Esta masa de autómatas que castiga a los que no se suman al disparate son los que no se dan cuenta que todo es una trama urdida para que unos criminales hagan millonarios negocios particulares utilizando todas las herramientas del Estado en su beneficio. Han conspirado, han violado la ley, han mentido, han hecho del Estado su brazo armado y ejecutado acciones atroces.
El patriotismo no se discute, y si lo hace, usted es antipatriota. Fueron cayendo en el lavado de cerebro, todos, uno tras otro.
La gente libre fue incapaz de hacer frente a tal maquinaria y lo peor es que no pudieron convencer a ningún vecino, amigo, ni pariente, porque los vecinos, amigos y parientes, ya no tenían cerebro.
Lo alucinante es que esta raza de despreciables tiene planes para el mundo y facilidades para colocar a sus secuaces locales en las instituciones.