Peligro

Niños al Volante

Hay que estar siempre encima y riñéndoles cada dos por tres porque se dedican a hacer trastadas apenas los pierdes de vista.
Aprovechan el sentirse desatados para violar las normas a pesar de ser buenos niños.
La sanción que pende como espada de damocles sobre las cabezas de los infractores hasta que son sorprendidos ha tenido que elevarse en un rango para frenar el despropósito de violar las prohibiciones de tráfico que realizan de manera continuada algunos, no pocos, conductores que al volante son capaces de incurrir en delitos muy graves, acrecentados muchas veces por la ingesta de sicotrópicos.
La responsabilidad de un adulto normal, al volante adquiere otra categoría, la del niño que se desmadra cuando siente que no lo vigilan.
Por culpa de esta conducta anormal para un adulto, el Estado tiene asumir el papel de la madre reprensora y represora para corregir la conducta, inventándose limitaciones, carnés por puntos y demás castigos para niños.
Triste psicología la del conductor, un ser que se transforma al volante.