La Loca

La loca de mi vecina había decidido presentarse a las elecciones con un programa que no dejaba indiferente a nadie.
Proponía la brillante idea; Para aliviar el hambre en África traer a todos los habitantes africanos que deseasen emigrar, al pueblo y remitirlos inmediatamente a diferentes municipios sin dejar a ninguno para no colapsar los centros de acogida ad hoc.
La verdad es que la idea era generosa, humanitaria y rimbombante. Los costos de los traslados a cargo de los impuestos, total 4, 5 sueldos de impuestos directos al año es nada si se lo gasta otro en tu nombre.
Había algo de recelo entre los municipios de acogida por sorpresa, ya que se encontraban de sopetón con gente deambulando sin oficio ni beneficio, a pesar de que habían descubierto el mecanismo del endoso, o sea llega la policía, los suben a un autobús con el billete pagado y adiós, a otro sitio a hacer turismo de indigencia.
La loca como la llamaban, tenía recursos para todo, decía que tenía un plan B, por si la cosa se desmadraba. Decía que Europa pondría de su bolsillo los recursos necesarios para hacer una valla en el mar grande e impedir que los pateras mojadas se adentrasen en el territorio.
La loca, tenía dos planes, el uno y el contrario al mismo tiempo.

Por eso le llamaban La loca.