El Audi de Teresa
Teresa no poseía nada, solo ambición.
Desde temprano le habían apasionado los deportivos y buscaba la manera de hacerse con uno de ellos.
Las armas que tenía preparadas para tal efecto, su deslumbrante físico bien cuidado y preparado para la ocasión.
Teresa se fijó en un verde hijo de papá que por motivo de su graduación recibió como regalo un Audi TT de parte de sus generosos progenitores. La chica no le quitó ojo al TT y se pegó al pardillo paseándole la delantera por sus narices para obnubilarle. Poco tiempo de seducción hizo falta para convertirle en un gónada pensante que perdía la cabeza por las curvas de ella.
Teresa, la chica sin bienes se paseaba ya por las avenidas conduciendo el flamante Audi TT.
Audi TeTa, lo llamaba.
Quizá, por las artes empleadas en conseguirlo.
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