El Imperio de los Canallas

En España la justicia está de vacaciones.

Es una apreciación benevolente para decir que el estado de derecho no existe y no puede existir porque el estado de derecho es incompatible con esta realidad que cualquiera que tenga dos dedos de frente puede descubrir si se acerca a una hemeroteca y hace un seguimiento del actuar de esta parodia de justicia que es un escándalo y una vergüenza para un país europeo.
Abogados comprados por la parte contraria, jueces sobornados, fiscales a las órdenes de políticos, archivos incendiados o desaparecidos, resoluciones que son prevaricaciones, tráfico de información bajo secreto de sumario, causas interminables, coacción a testigos, jurados de parte, trabajadores que son robados por sus patronos cambiándoles las horas extras por horas normales y que cuando van a juicio no hay testigos ni documentos de prueba, prisiones inundadas de droga, lo que sería habitual encontrar en el tercer mundo lo tenemos aquí, pero no porque se haya corrompido el sistema, es que el sistema viene podrido de siglos y sigue en esa mecánica de corrupción, sin evolucionar hacia lo que sería un estado donde impera la ley y no una parodia con intocables.
Un país en donde la ley se aplica a según quien y como, bajo criterios extrajudiciales para favorecer o perjudicar, es un país de canallas.