El Salario Ético

Cincuenta asesores para definir lo que es un sueldo ético para luego decirle al papá estado a quienes tiene que subsidiar. No es un chiste.
En la economía del día a día el motor es el consumidor y si la mitad de la población está al margen porque tiene el rol de productor pero no de consumidor es evidente que hay un problema estructural que impide el completo crecimiento y desarrollo potencial de esa economía.
Una cosa es el desempleo como causa de la marginalidad y otra bien distinta el empleo como causa de la marginalidad, y esto se produce cuando el trabajador obtiene un salario de miseria por parte de un empleador miserable.
Cuando un empleador paga a sus empleados la décima parte del salario que está pagando similar empresario en los Estados Unidos para sacar al mercado al mismo precio una botella de la misma bebida refrescante, este empleador se beneficia a costa de hundir en el subdesarrollo al país que le da tantos frutos. En los Estados Unidos el pagador genera un círculo de riqueza al poner en el bolsillo de sus trabajadores un poder adquisitivo que se mueve en cadena, con efecto multiplicador, creando miles de puestos de trabajo al tener toda la población con empleo acceso a los bienes por el mero hecho de trabajar sea cual sea su trabajo.
En cambio en el país de los miserables, solo comen ellos, estrechan el círculo de la prosperidad a la mitad de la población y ahora esperan que el gobierno subsidie una parte del sueldo para que con los impuestos paguen a sus trabajadores.
No son subsidios lo que necesita un país. Son los empresarios y no los ladrones los que generan riqueza.
Un empresario es una vocación de emprendedor, no un ladrón que se apodera del salario de sus obreros, que crea pobres con empleo, que genera miseria al impedir desarrollar una economía.
El sueldo se lo ganaron en muchos países primero reivindicando lo justo ante empresarios filibusteros, estableciendo tribunales del trabajo y con formación.
Los trabajadores tienen una forma de presionar a los miserables tan simple como que nadie trabaje para los filibusteros a ese precio, que rechacen ser contratados hasta que suba el precio del trabajo.
La microeconomía está interconectada y lo que haga un empresario o un sector repercute en la totalidad.
Si de lo que se trata es de exportar para competir por precio en el mundo globalizado pagando sueldos de subsistencia, entonces están en el correcto camino de la miseria.
Pero si de lo que se trata es de crear valor agregado a las materias primas, de consolidar exportaciones por la calidad e innovación entonces van por la senda correcta.
Tan solo por convertir un kilo de fruta en mermelada, un kilo de cobre en alambre se quintuplican los ingresos. La transformación in situ de las materias primas son las fuentes de riqueza, no el vaciar minas para luego importar las cañerías y los grifos.