El Beso de la Muerte

Le preguntaban al siciliano sobre la mafia y su estructura, a lo cual contestó: - Son tan poderosos que tienen un ejército propio de sicarios.
Uno de los que estaba escuchando, comentó:- Vaya atraso, en mi país los sicarios de la mafia son la policía, los jueces y el pleno del ayuntamiento.
Pero eso no es todo, -continuó-. Cuando al que manda le sale un contestón dentro de sus propias filas, - ya sabes, el respondón que quiere derrocar al líder-; No se le da un paseo como antaño, sino que se le suplica su incorporación a magnas y altísimas tareas de gobierno en las cuales resulta imprescindible su presencia para atenderlas como únicamente él sabe, por su valía y su demostrada trayectoria personal y profesional a lo largo de los años de abnegada dedicación a la política.
A partir del sí quiero del contestón, el líder comienza a sabotear su trabajo desde la sombra y le monta una campaña de desprestigio de aquí te espero. Le destruye su imagen pública, lo deja como un trapo como gestor, magnifica y corea sus fracasos, le hunde como alternativa, para dar paso al último acto, el estoque final o beso de la muerte cuando le recibe con todos los honores, para dejarle caer.

Los Borgia fueron allí a dar clases, no a recibirlas, - ¡ querido !