Tomo nota

Tomo nota de todos y cada uno de los que han ido, para saber a qué juegan.
De todos los que elogian al empresario modelo que forjó su imperio en la buena sombra del poder.
El modelo de hacer negocios con la política que llegó a la sofisticación de manejar un partido como un departamento más de la empresa.
De teledirigir un gobierno desde los editoriales, de poner candidatos, de pagarles la campaña. De fabricar las noticias, de manejar el cuarto poder para crear un imperio empresarial sin competencia. De obtener ganancias a partir de información privilegiada y de gestiones de alto nivel a su favor.
Políticas y políticos al servicio de un negocio privado y de una estrategia, quitar de enmedio al que no obedezca.

A todos los que habéis ido os mueve la búsqueda de la palabra secreta Rosebud, añorando lo que perdisteis y que os ha puesto de cebo el empresario, seducidos por la erótica del poder, la ambición, el juego sucio.

Cuando se ha perdido el alma solo queda la carne y los bajos instintos, Rosebud merecer a Rosebud alcanzar el climax, llegar al poder pagando su precio al empresario modelo, al proxeneta.

Allí no está Rosebud, nunca la encontraréis porque Rosebud es el amor en la inocencia y no vuestra furcia ambición.