Biocombustibles

6.600 millones de habitantes que al respirar expulsan CO2 continuamente y una gigantesca masa forestal amazónica que desaparece.
El activismo naziecologista en su afán por introducir los biocombustibles ha conseguido que tierras que se dedicaban al cultivo alimenticio se dediquen a alimentar motores con el consiguiente efecto indeseado de la subida de los precios de los alimentos, afectando gravemente a los más pobres.
Para producir un litro de biocombustible se necesitan cantidades de agua escasa que se detrae del consumo humano y de los riegos de cultivos destinados a la alimentación. Si se suman los fertilizantes, y la deforestación para destinar más campos a la producción de biocombustibles el saldo es más CO2, hambre, contaminación, escasez de agua. Así ahora los motores beben y meriendan a costa de los pobres.

Parece mentira que nadie se tome en serio que el verdadero peligro son los naziecologistas que ahora se han empeñado en limitar el crecimiento de la población.