Coimeros

El margen de beneficio de algunas empresas no depende de su participación eficaz o no en el libre mercado, como es de esperar, sino del trabajo sucio que realizan sus directivos comprando políticos y funcionarios.
Directivos en busca y captura de corruptos para extender el cheque de sobornos o comisiones.
Así, tenemos los precios más altos en comparación con otros países de nuestro entorno y hemos globalizado una forma de entender los negocios. De libertad, nada, de libre competencia nada de nada, de corromper sí, de buscar el favor político, por supuesto. De obtener ventajas por medio del juego sucio, sin dudarlo. De vender productos de tercera a precios de primera, claro que sí. Y si se vende usado por nuevo, mejor que mejor.

De aferrarse al sueldo mínimo, de dar sobres para evadir impuestos, de jornadas interminables sin pagar las horas extras, de cerrar contratos al llegar las vacaciones y volver a contratar al término de éstas para no pagarlas, de ignorar los derechos sociales, de subcontratar a precio de hambre, y de respetar el medio ambiente sólo si es ineludiblemente obligatorio. La seguridad e higiene en el trabajo, pura escenografía montada para el día de visita del inspector.

Éstos son los honestos empresarios que fueron ocupando el espacio de los malvados americanos en la selva de atrás.
Vivir para ver.