Estrategias

Gigi escuchaba a Sofía, mientras ésta exponía los casos de dos mujeres que habían decidido emplear estrategias diferentes en su relación con los hombres. Renate, la mujer que consideraba que el grado más elevado de liberación de la mujer era el estado sutil de dominio del hombre. Dominarlo, decía, sin que se diera cuenta. Hacerlos trabajar por ellas, enviarlos a la guerra por ellas, construir por ellas y para ellas. Realizar un mundo de comodidad por y para ellas, únicamente con el dominio mental de las mujeres sobre los hombres.
Concepción, por el contrario, pensaba que la igualdad de sexos era el camino para un desarrollo integral del ser humano. Ella creía en la cuota como reparto y en la igualdad como rasero por encima de la equidad a las personas independientemente de su sexo. La igualdad como preferencia a la complementariedad. La igualdad de sexos por delante de la igualdad de oportunidades.
Renate había conseguido estudiar hasta segundo de filología e interrumpió estudios cuando se casó con Pelayo, un chico que había conocido en la fiesta de quinto de arquitectura. Concepción en cambio, acabó su licenciatura y consiguió empleo como chófer de camión en una obra. Concepción comparte piso y de momento no está en sus planes el casarse. Sofía, comentaba que había una saturación de titulados universitarios en el mercado de trabajo y que las mujeres comenzarían a ocupar labores penosas como albañiles, soldadoras, etc., que antes no realizaban.
Gigi, perpleja, pensaba en las labores del campo de su abuela, en el trabajo agobiante de su madre en casa criando a ella y a sus hermanos al tiempo que trabajaba en la fábrica de zapatos y en su padre que hacía catorce horas en la obra para luego irse al bar y dejar sola a su mujer mientras planchaba.