¿Tradición Contraproducente o Ecologismo Fundamentalista?

Podría ser que en un poblado del altiplano aburridos del reiterado fracaso del chamán en curar pulmonías, se decidiera alguien a seguir una terapia del primer mundo y administrarle al paciente el antibiótico adecuado para revertir la salud, aunque el medicamento sea escaso y caro.
Claro, ellos no desarrollan ese medicamento y lo tienen que importar. Son víctimas de sus tradiciones que les han mantenido por siglos en una economía de supervivencia y autarquía que les ordena la vida de forma que el que resiste vive y el que no, simplemente se muere. O sea una selección del más fuerte pura y dura.
En esa tradición de armonía con la naturaleza que los ha mantenido por los tiempos en un estadio ecologista no han desarrollado ni siquiera una vivienda a prueba de terremotos.
Ellos saben que están sentados en un yacimiento de gas que si lo explotasen les daría para vivir como los suizos y con los ingresos podrían dedicarse a desarrollar tecnologías punteras y venderlas generando riquezas que les apartarían para siempre de las penurias. Pero el gas, es cosa de la madre tierra y vender a la madre es la ignominia.
Cuando falle el chamán lo intentarán con el antibiótico, pero si no lo encuentran a tiempo acusarán de asesinas a las farmacéuticas y a las multinacionales del primer mundo que se niegan a venderles los productos a los precios que ellos pueden pagar con sus misérrimos cultivos de patatas.
Los Emiratos, tienen médicos titulados en Inglaterra y farmacias bien abastecidas.
Hace un siglo solamente tenían arena. Hoy tienen centros de investigación y desarrollo.