Teatro para idiotas
La sociedad idiota
No ha previsto medios de defensa contra aquellos que se presentan con un programa de gobierno que cambia de rumbo en el momento de su ejecución traicionando al votante.
No valen ni las reprobaciones ni las mociones de censura si han logrado una mayoría estable defendida por la votación uniforme de coaliciones atípicas en el parlamento formadas con minorías, ( minorías porque el votante mayoritario no confió en ellos para darles el gobierno y por eso no les otorgó mayoritariamente su confianza), que obtienen prebendas y chantajean a sabiendas de su posición estratégica.
En esta seudodemocracia, los parlamentarios no son obedientes a su elector sino a su jefe de bancada.
En esta falsa democracia donde todo sigue atado y bien atado, el elector apenas es el figurante de una representación teatral, que firma un papel trucado cada cuatro años. Las listas cerradas son un papel trucado. Y también es otra trampa el que no haya segunda vuelta cuando no hay mayoría y de allí salgan programas nuevos y completamente distintos en la carrera de coaliciones para formar gobierno al margen de la voluntad del elector.
Sin separación de poderes, no hay democracia, y se ha permitido esta perversión.
Lo arreglará ése que, cuando sube la gasolina, dice que le da igual porque él sigue como siempre poniendo 20 euros.
Así, llevamos ya un cuarto de siglo.
2 Comments:
Una sociedad que no controla a los políticos pasa a ser controlada por los políticos y cuando esto sucede, ya se ha instalado la corrupción y la falta de libertades.
Aunque no lo crea, llevamos así bastante más tiempo. Estos vicios de la democracia los denunciaba Carl Schmitt en un librito suyo que se llamaba, creo recordar, "Contra el parlamentarismo", allá por los años veinte. Vale decir que el señor apoyó gustoso el ascenso del nazismo. No obstante, los que pensamos que el parlamentarismo tiene muchos defectos no somos necesariamente nazis.
Pero todos somos responsables de lo que ocurre si no exigimos mayor rigor y seriedad por parte de los políticos. Desde luego, la historia demuestra que esto no se va a arreglar solo
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