Dejando hacer y mirando al cielo

El lobby de los canallas seguía colocando a sus peones por doquier, sin temor alguno a que se desbaratase su plan de dominio del planeta. Tenían información secreta que les permitía un estado de tranquilidad total y vía libre a sus actuaciones.
Inundaban de droga las calles, para sedar a los jóvenes y eliminarles el espíritu contestatario.
Liberaban virus artificiales como juegos de guerra y cobraban muy caros los antídotos.
Experimentaban diabólicamente con el clima para provocar sequías o inundaciones como arma de dominio.
Tenían el monopolio de las semillas de la nueva agricultura.
Tenían terroristas por todo el mundo para propagar la estrategia del miedo. Y aparecer como únicos defensores de los peligros del terrorismo.
Habían elaborado una ideología económica que les beneficiaba en los intercambios comerciales. Y se encargaban de pagar colaboradores locales para influir en la sociedad y colocar a partidos políticos sobornados en el poder.
Tenían una economía que se contraía periódicamente y la tenían que expandir con principios Keynesianos. El Estado debía poner a disposición del sistema privado miles de millones. Para ello habían encontrado la excusa, la guerra. Por ello, había que buscar enemigos por todo el planeta o simplemente hacerse las víctimas de un ataque, como era habitual a lo largo de la historia, y culpar al más idóneo. Y además les servía para robar los recursos energéticos de terceros.
Habían desarrollado la estrategia de la ignorancia. Mientras más ignorantes en el pueblo más posibilidades de perpetuarse y beneficiarse del poder tendría la clase dominante.
Para ello la información sería manipulada y la educación de calidad sería para las elite y para los demás un simulacro de estudios para frustración de seres inteligentes.
El grupo de los sometidos, también se alimentaba matando animales y vegetales, pero confiaba en la liberación por parte de los extraterrenales.
No conocían el secreto.
Las extraterrestres huelen a pollo asado y son muy apetecibles. Por ello jamás visitarán este planeta que se alimenta de seres vivos.