domingo, septiembre 25, 2005

Salvemos a los niños

La foto de Verónica, venía en la portada del diario, aparecía entre los hierros retorcidos de su automóvil.
La mañana anterior su marido la había acompañado al hospital, estaba fuera de cuentas.
Pero le dijeron, que se marchara a casa, que todavía no era el momento.
Tomaron la ruta de siempre, ese camino estrecho y lleno de curvas sin arcén.
Era la quinta vez, que los ecologistas habían conseguido parar el proyecto de una carretera moderna, con el argumento de siempre, "No a las carreteras, salvemos el paso de las tortugas".
Se sabía que los ingenieros no proyectaban pasos de anchas tuberías de cemento cada 300 metros para cruzar el asfalto y permitir el paso de aguas y animales por debajo. Ni nadie se los pidió. Es así, que la carretera nunca se construyó.
Eran las once de la noche y Verónica alertó a su marido. Le dijo: -el niño ya viene-.
Ella con su marido al volante se dispuso a recorrer los treinta kilómetros de su casa al hospital.
Nunca llegaron.
Tampoco vi a ningún ecologista en el funeral.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Sin comentarios.

domingo, septiembre 25, 2005 11:55:00 p. m.  

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Copyright ©Todos los derechos reservados y protegidos por la ley de la Propiedad Intelectual de Espana en todo el mundo.

Sin perjuicio de lo anterior, se autoriza a publicar i­ntegro, ( prohibiendose expresamente cualquier alteracion y/o modificacion), cualquier articulo aqui­ publicado, obligandose a citar al autor y su procedencia y comunicar al autor el hecho, por e-mail. llapis2004

 

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